Conoce el rol del Ministerio de Bienes Nacionales para la consolidación del liderazgo mundial de Chile en materia de astronomía.
Producto de la amplia variedad de paisajes, climas, ecosistemas y culturas presentes a lo largo del territorio, Chile posee un gran potencial de desarrollo en diversas áreas que son desarrolladas en las regiones del país: agricultura, minería, industria y turismo. ¡Y la ciencia no es una excepción!
Nuestro país es, de hecho, un agente activo en este último campo. El prístino cielo del Desierto de Atacama un lugar privilegiado para contemplar el espacio, y esto se ha potenciado durante los últimos años. La popularidad de nuestro cielo a nivel mundial responde a varios factores, tanto naturales como humanos. Las condiciones climáticas que ofrece el desierto, el bajísimo índice de humedad, las altas cumbres y planicies de su superficie y la mínima contaminación lumínica y radioeléctrica, son los principales factores que han ido transformando al norte del país en la capital mundial de la astronomía y en “los ojos del mundo”.
Es por ello que el Ministerio de Bienes Nacionales gestionó la entrega a CONICYT de una concesión por 50 años sobre un área de 36.381 hectáreas, ubicada en el llano de Chajnantor, para instalar el Parque Astronómico de Atacama, un complejo astronómico de gran envergadura a nivel mundial. Esta gestión es parte de las 107.800 hectáreas provistas en territorio chileno para observatorios científicos, sólo en la región de Antofagasta.
Ubicado en la comuna de San Pedro de Atacama, el Parque Astronómico está constituido por un conjunto de observatorios establecidos a 5.104 metros sobre el nivel del mar en pleno Desierto de Atacama. El principal atributo del complejo se erige en el área de la radioastronomía, técnica que se ve favorecida por el ambiente seco e inhóspito, que, si bien es hostil para la vida humana, genera una masiva absorción del vapor de agua, lo que ayuda a atenuar las radiaciones submilimétricas.
El Parque Astronómico de Atacama contiene algunos de los observatorios más grandes del mundo, sumando una inversión de más de mil trescientos millones de dólares estadounidenses en infraestructura. Entre los observatorios más destacados del complejo se encuentran el Generador de Imágenes de Fondo Cósmico, el Experimento de Telescopio Submilimétrico de Atacama, el Telescopio de Cosmología de Atacama y la Gran Matriz Milimétrica/submilimétrica de Atacama, mayormente conocida por sus siglas en inglés, ALMA. Además, hoy en día se encuentra en proceso de construcción el Tokyo Atacama Observatory (TAO), que una vez finalizado pasará a convertirse en el telescopio de mayor altura geográfica en todo el globo.
Los avances que la astronomía mundial ha realizado en nuestro país son numerosos, y solo aumentan con el paso del tiempo. Entre ellos, podemos encontrar la obtención de vistas detalladas de las estrellas que orbitan de manera más próxima el agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de nuestra galaxia; la extracción de imágenes que permitieron la demostración de la expansión acelerada del universo (estudio que, de hecho, se hizo con el Premio Nobel de Física el año 2011); la primera foto de un exoplaneta; o el descubrimiento del exoplaneta dentro de la zona de habitabilidad más cercano a la Tierra, en la órbita de Próxima Centauri, entre muchos otros. Inclusive, nuestro país tuvo una participación destacada en la reciente obtención de la primera imagen de un agujero negro.
La lista es extensa y continúa, pero lo cierto es que Chile se encuentra en una posición privilegiada para el desarrollo astronómico a nivel mundial gracias a la disposición de territorio fiscal por parte del Ministerio de Bienes Nacionales.